Con respecto al consumismo sabemos que es el sistema expansivo de la globalización y del capitalismo mal llevado, en el cual inconscientemente nos vemos inducidos a comprar y comprar pero ahí esta el punto ¿comprar qué? Comida , vestidos , artilugios , carros, etc.
Y si nos preguntamos: ¿de dónde salen dichos productos en tal cantidad? Nos encontraremos con que la mayoría son elaboraciones masificadas en China por esclavos que trabajan arduamente todo un día por tan solo 1 devaluado dolar, prácticamente estas personas trabajan a lo sumo por un plato de comida; por otra parte algunos son sometidos a viajar en buques trasatlánticos fabricando cosas sin si quiera poder apreciar la luz del día durante meses.
Cada que compramos un producto de alguna marca internacional conocida ya sea una prenda de vestir o un electrodoméstico, estamos apoyando la esclavitud en contienes como Asia, África, y Latinoamericana donde la calidad de vida y el ingreso per cápita es una burla a la dignidad humana.
Esa idea de que los productos de marcas reconocidas son mas finas es tan solo un mito cantinflesco, ya que las marcas hace mas de 60 años dejaron de fabricar los productos en su país de origen y ahora son elaborados en las esclavizadas y ya mencionadas Asia , África y algunas partes de Latino América.
Por lo cual el valor material de la elaboración de estos productos es mínimo, con el agravante de un gran costo social; y por si fuera poco con un gran costo economico en el mercado por un simple nombre.
Nuestra invitación es a la reflexión tenemos que recapacitar un poco mas, debemos tratar de evadir esos monopolios globales, esto se materializa en la realización de compras de cosas teniendo clara consciencia de que estamos contribuyendo al desarrollo socio económico de un país o de nuestra economía local; y no que aun seguimos en el circulo vicioso de contribuir a la esclavitud, la marginalidad y la pobreza a nivel global.
De nosotros depende el futuro que leguemos a las generaciones próximas y ya para terminar queremos invitarlos a que desechemos esa idea que es un simple mito en la cual si se dice que un producto es nacional entonces lo primero que se imagina es que es de mala calidad, pero si es importado es de mejor calidad; debemos de adquirir sentido de pertenencia, una identidad propia.
Dejemos de pagar costos altísimos por productos basura, su producción es realmente barata y a su costo esclaviza a muchos; permitiendo el enriquecimiento de un pequeño estamento de infames empresarios que se alimentan del sufrimiento de una sociedad.